Rafael Enrique Irizarry, director asociado
Orquesta Sinfónica de Puerto Rico
El ímpetu de esbozar un acercamiento latinoamericano y/o caribeño al texto mariano Magnificat tiene antecedentes en obras de Leonard Bernstein y Ariel Ramírez. Todas destacan ritmos no-europeos y una escritura coral plena de contrastes y un ímpetu contagioso. Interpelado John Rutter sobre su Magnificat de 1990, no titubeó al admitir que la versión canónica de 1724 por Johann Sebastian Bach [BWV 243] merodeaba su imaginación.
Dijo el propio Rutter:
“En la historia religiosa, ¿dónde se celebra, venera y existe más regocijo en torno al personaje de la Virgen María? Pensé en España, pensé en Méjico y en Puerto Rico; los países del sol radiante. En Inglaterra generalmente compongo bajo cielos nublados; me pareció simpático escribir algo a las refulgentes latitudes del sur.”
El concierto tendrá como aperitivo un compendio de la obra orquestal más famosa de George Frederic Handel, su Water Music de 1717.